LETRAS con mayúsculas

domingo, 3 de enero de 2010

Me gusta visitar las casas museo de los grandes, colocarme debajo de las placas conmemorativas, palpar las paredes que antaño albergaron sus cuerpos, sus mentes prodigiosas, respirar su aire caduco, habitar el mismo ambiente..., no sea que algo se me contagie, que resurja de allí impregnada de su genialidad...
"Casa Museo de Victor Hugo"
Place des Vosges, nº6, París.
"Durante todo el tiempo que ocupó el obispado de monseñor Myriel, no cambió en nada este presupuesto, que fue aceptado con absoluta sumisión por la señorita Baptistina. Para aquella santa mujer, monseñor Myriel era a la vez su hermano y su obispo; lo amaba y lo veneraba con toda su sencillez. Al cabo de algún tiempo afluyeron las ofrendas de dinero. Los que tenían y los que no tenían llamaban a la puerta de monseñor Myriel, los uno yendo a buscar la limosna que los otros acababan de depositar. En menos de un año, el obispo llegó a ser el tesorero de todos los beneficios, y el cajero de todas las estrecheces. Grandes sumas pasaban por sus manos pero nada hacía que cambiara o modificase su género de vida, ni que añadiera lo más ínfimo de lo superfluo a lo que le era puramente necesario. Lejos de esto, como siempre hay abajo más miseria que fraternidad arriba, todo estaba, por decirlo así, dado antes de ser recibido."
"Los Miserables"
Victor Hugo
¿A que apetece seguir leyendo?