Cualquier tarde de un enero que se acaba

miércoles, 28 de enero de 2009

Seré viento entre las velas de tu navío rampante, el humo entre los dedos de tu mano, el pescado en tu mar. Seré todo aquello que tú quieras, el rayo, el sol y la marea, la luna en un cubo de agua sucia... Seré el edificio que cae y el que se aguanta, la tarde de enero, la lluvia de un invierno seco. El olor de tu pelo seré, y el hielo de tu noche fría y te enseñaré el camino de la casa y te abriré la puerta, sin llamar, para que entres.
Seré todo aquello que tú quieras, tu dolor, tu risa, el llanto de un niño sin palabras o el ronquido del aire que se cuela entre visillos. Seré tu nombre, tu promesa, el oleaje incesante de tu puerto, las olas que rompen en tus sienes, las que se alejan sin verte... Seré el vapor y la niebla de tus ojos, el peso en las pestañas, la duda del que mira, el sueño del que duerme...
Seré tu sueño si me dejas. Si aprietas los párpados y olvidas.
"El Sueño"

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo admiro que con palabras sencillas se puedan decir y expresar cosas tan bonitas. Es delicada pero con mucha fuerza.La luna en un cubo de agua sucia me ha impactado como imagen visual.
Montse Torras