Elegía a un rey dormido

domingo, 13 de mayo de 2007

ELEGÍA A UN REY DORMIDO (Canción de muerte para el "Che" Guevara)
¡Corearon las voces!
Como un rey dormido, me dijeron.
Y yo, que no podía verle, le imaginé así,
yerto bajo los ojos veloces de la muerte.
Huído el marfil de sus mejillas.
Humilla la testuz más el recuerdo altivo.
Contadme si volvió. Si levantó la cabeza.
Si bebió y reparó la sed de tanto tiempo.
Su sed vacía de andar eriales, mil batallas heridas.
El pozo al que asomó.
La sal y la saliva de su carne.
La mano lenta y el beso desvaído.
Decidme si era delgada la mañana.
Habladme, mientras camino sin dejar la linde.
Los pasos de la tarde se evaporan
y su cuerpo aún respira.
Como un suspiro el llanto, el resuello perdido,
el brazo frío de la luna.
Dijeron que cruzó caminos de distancia.
Que sembró espacios de desprecio,
de desafecto blando. El alma devorada.
Contadme si vendrá.
Si sació su hambre de razón infinita.
Su tristeza burlada.
Nadie sabe de qué ángulo partieron los disparos,
las detonaciones erradas
que segaron los tallos de sus flores,
la conciencia amarga.
Y, en la calle, apenas gente,
algún perro perdido, olisqueando las piedras.
El continente llora.
Le han puesto su nombre al eco de las bocas.
Mil espadas se inclinan ante la tierra yerma de su frente.
Los huesos no duelen. ¿Ha cerrado los ojos?
Susurradme al oído la esperanza perdida.
Suspirad por las manos que esculpieron aire.
Queta García
("Caminos de la Palabra" Antología Poética. Colección Homenajes)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por tu blog y te aclaro que me encantó tu Elegía al Rey Dormido. Realmente me pareció excelente.
Ricardo Álvarez Morel (Ficcionero)